La dicha de leer IV (y final)
Que nadie piense que esta lista es infinita. Por mucho que lea, con esta última entrada, concluye. Son libros en general muy interesantes, sin pasar por alto algún título acompañado de demasiado ruido comercial y que a mí, ni fu ni fa, sino todo lo contrario. ¿Cuál será? ¿O se tratará de varios? Volví a leer Miedo de Stefan Zweig, porque fue elegido para charrar sobre él en el club de lectura de mi #pueblitobueno, Arándiga. Cómo me gustan estos libros que son breves e inmensos al mismo tiempo, que provocan conversaciones sobre multitud de temas. Tanto que, cuando crees que ya lo has dicho todo sobre la lectura, recuerdas otro asunto que te llamó la atención. Todo eso y mucho más despierta Miedo . E incluso esa propia emoción. Sevillana , de Charo Lagares. No suelo desconfiar de los libros que llegan acompañados de mucho ruido y frases que no admiten emociones superlativas mayores. No desconfío, pero me parece una falta de respeto que luego no solo no cubran las expectativas sino