Conde Duque ¿Le Marais madrileño?

Vivo en Chamberí pero no me importaría hacerlo en Conde Duque. Y como María, poder comer patatas fritas y mejillones en una terracita llena de plantas y, claro, en los meses que no florecen tener las de Elisabeth Blumen cerca. 

Sí, me gusta. Quizás por su encanto comercial, artístico y vital, en definitiva. El que tiene y, según anuncian, crece día a día; tanto que, para muchos, está llamado a convertirse en Le Marais madrileño.

Como muestra, el Museo ABC de Dibujo e Ilustración (Amaniel 29-31. www.museoabc.es). Novísimo aunque todavía sin alma ni mucho carácter; ya los tendrá, eso se consigue, seamos justos, con el paso del tiempo, los roces en las paredes ahora tan blancas y el ruido, impresiones y miradas de los visitantes.





(© Foto: Museo ABC)

Justo al lado, Pilar sonríe. Lo hace desde el interior de Pigocha (Amaniel, 29. www.pigocha.com). Es una tienda delicada; un espacio en el que aquello de ‘menos es más’ cobra más sentido que en ningún otro lugar. Naïf, romántica y única como la moda y complementos que reúne.

Para ellos, varias direcciones. Véase Sportivo (Conde Duque, 20), Mini (Limón, 24) y  Duke (Conde Duque, 28). Las tres fundadas por los socios del Grupo Sportivo (www.gruposportivo.com), quienes hace más de una década adivinaron el potencial del barrio. Y ahí siguen, vendiendo singularidad y exclusividad a los clientes más inconformistas.




(© Foto: Grupo Sportivo)

Si viviera en Conde Duque, día sí y día también, visitaría la Galería Blanca Berlín (Limón, 28 – Plaza Guardias de Corps. www.blancaberlingaleria.com) y quizás comenzara a coleccionar fotografía. Diáfana y accesible en todos los sentidos, está especializada en pequeño formato. Series únicas, sí, pero no a precios desorbitados. En suma, un gran atractivo para amantes de las imágenes más insospechadas. 

Sigo creyendo que si hay buenas sensaciones, ésas son las que despiertan los libros. Desde los antiguos, raros y agotados de estudio y aplicación de las ciencias de Hallazgo (Limón, 30) a los de economía de Ecobook (Calle del Cristo, 3).  
  
Mientras ha enmudecido el patio central de Conde Duque y a la espera de que, ojalá, recupere todo el esplendor de los Veranos de la Villa, busco el sonido de Radio City (Plaza Guardias de Corps, 1. www.radiocitydiscos.com). Encantador su pequeño neón, fascinante su selección de grandes del rock.

¿Otra razón para mudarme? Terrazas como la de La Taberna de Corps (Plaza de Corps, 1), convertida por derecho propio en un clásico. Así los camareros podrían reconocerme cuando pidiera un Martini con hielo cualquier mediodía soleado de invierno.

Sin terraza pero con muchas cositas ricas que tomar y acompañar de vinitos y, llegados a la sobremesa, gin tónics. Es Miss Limones (Limón, 12), obra de Mabel, que dejó el mundo de las discográficas para adentrarse en otro, sinceramente, más suculento.






De aquí a Tempo (Duque de Osuna, 8. www.tempoclub.net), gran referencia en la escena musical y nocturna además de uno de mis primeros hallazgos cuando decidí que Madrid sería por un largo tiempo el escenario de mis sueños. 




(© Foto: Tempo)

Algún día viviré en Le Marais sin cruzar la frontera francesa. Y entonces, os invitaré a mi terraza. 

Comentarios

  1. ¡Gran post! A mí también me gusta mucho esa zona. El otro día paseando por esa zona también descubrir el Museo ABC de Dibujo e Ilustración. Merece la pena tomarse algo en cafetería. Siempre me gusta acabar la visita al museo en su cafetería, algunas con tartas típicas de la zona, otras con vistas o preciosos jardines, también con zumos imposibles...

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  2. Es curioso, llevo unos días pensando lo mismo: si ahora me tuviera que mudar lo haría a Conde Duque :)

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