Una vez

Todo sucede tan solo una vez. Podrás repetir esa visita al museo que tanto te emociona, leer aquel libro que te conmovió o reservar mesa en ese restaurante y en ningún otro... Podrás, pero ya no será lo mismo.

Hay ocasiones, algunas, en las que se tiene la conciencia absoluta de que eso no volverá a pasar. Debería ser así siempre... quedarse con precisos momentos.

Sucedió al cenar una noche de octubre en elBulli y almorzar, hace apenas dos domingos, en Mugaritz (www.mugaritz.com).

(© Foto Mugaritz)

Mientras su chef, Andoni Aduriz, era -justamente- premiado y ovacionado en Londres, yo me quedaba sin palabras disfrutando de una experiencia sensorial mágica. Fuera llovía y el encanto se multiplicó más si cabe...


(© Foto Cardamomo y clavo)

Fue la mezcla perfecta de sabores, aromas y texturas. De atrevimiento y anarquía. De placer, sorpresa y novedad.

Un servicio natural, sin fórmulas severas, y una compañía única... hicieron el resto.

En Mugaritz late la calma. Elegante y sobrio, apenas se escucha el murmullo de las mesas cercanas. Será porque tener en la boca esos manjares anula el sentido del oído y potencia al máximo el del gusto, olfato, tacto.

Es arte efímero y tan delicado como:

 Bromas y aceitunas, pocas o ningunas.





Fideos de leche apenas embebidos. 
Lámina de tocino, jugo meloso de tomate y calabaza.




 Terrina tostada de rabitos de cerdo ibérico. 
Manojo de hierbas y lías de vino tinto.



(© Fotos Mugaritz)


Efectivamente, sucedió y no volverá a ser. Mejor, queda en el recuerdo...

Comentarios

  1. Tía, pues a mí cada mes me vuelve a salir el mismo grano en la barbilla, del mismo tamaño y color, igualito, te juro que eso se repite igual.

    Muy bonito lo que cuentas y muy bonitas fotos, pero hija, me imagino a los de Montalbán contándote cómo son los platos de rabos y tocinos que se comen ellos. ¡Eso sí que es comer! jajajajja

    Besos.

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