Volver a Gerona
Septiembre, en mis recuerdos, es sinónimo de vacaciones en familia. El destino terminó siendo, en los últimos años, el mismo: la Costa Brava.
Tiempo después, pienso en coger la furgoneta y dirigirme a Gerona. Sumergirme en su mar Mediterráneo, tumbarme a la sombra de los pinos y, por la mañana, correr, parar y recoger piñones.
Si volviera, procuraría no perderme algo. Procuraría tener mesa en Los secretos de Toshiko y conocer a ella, esa mujer que guarda sorpresas, y a Fede.
Procuraría hacerlo porque yo siempre tengo hambre y si la propuesta es japo, mucho más. Porque me gusta conocer a las personas, ésas que convierten un almuerzo o cena en un recuerdo imborrable.
Por ello, en el cruce oportuno, giraría el volante hacia Mas Coquells (www.mascoquells.com), en Vilanant. Llamaría a la puerta de esa masía del siglo XIV y esperaría respuesta.
Toshiko cocina los alimentos cercanos. Observa la tradición de su país y la une al producto del Empordà.
Procura integrar el ying yang en todas sus especialidades. Y el equilibro se roza con el paladar.
(© Fotos Mas Coquells)
Rumbo a Gerona, pronto.
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