Hemos perdido la medida







En Dumfries existe un espacio altamente interesante. Es The Stove

Sé que la mayoría de las personas que leen este blog nunca pondrán un pie en este pueblo del sur de Escocia. Por eso, alguien podría decir qué importa que exista un lugar llamado The Stove. Sin embargo, en mi opinión, debemos compartir los buenos hallazgos, por lejos que estén, y así poner en valor la inquietud y energía de quienes promueven otras miradas, otros encuentros y otros diálogos.

The Stove ocupa un edificio de la High Street. Se encuentra allí y no en otro lugar porque entre sus objetivos está revitalizar el centro, que tanta vida ha perdido con el cierre de comercios. Sí, la llegada de grandes compañías como Tesco supuso un antes y un después. 

En la planta baja cuenta con un café muy agradable y en los pisos superiores, trabajan quienes forman parte de esta comunidad; la mayoría son jóvenes creadores. 

Ellos desarrollan sus proyectos personales y diseñan actividades para el resto de los habitantes. Por ejemplo, la semana pasada tuve la oportunidad de conocer la historia de las Islas Feroe y la caza de ballenas. Fue gracias al documental de Mike Day, The Islands and the Whales, que se proyectó en The Stove. 

Y yo he estado prácticamente toda la semana dándole vueltas. 

En dichas islas, tradicionalmente se han pescado ballenas. También cazan (de formas diferentes y algunas de ellas realmente arriesgadas) gaviotas y otros pájaros. A lo largo de la historia lo han hecho, y siguen haciéndolo, para alimentarse. He ahí el debate. Efectivamente, son animales y la forma de capturarlos es cruel. No debería ser así. 

A lo largo del documental, se muestran diferentes puntos de vista. Entre ellos, la opinión de los más mayores. Ellos afirman que las islas nunca han brindado muchas más opciones, no había dinero ni se podía llenar la cesta en el supermercado. Eso es lo que había, eso es lo que se guardaba y se comía durante el año. 

Hoy, han cambiado las cosas. Pescan demasiado, han perdido la medida, y están acabando con la población de la mayoría de las especies. Así lo afirma uno de los habitantes, que invierte su tiempo en observar aves. Las observa y también se las come. 

Otra de las voces es la de un médico que pertenece a la comunidad, que ha vivido la tradición de la pesca desde niño y que comprende lo integrada que está en las vidas y lo importante que es en la actividad económica. Durante los últimos años, él ha analizado el nivel de mercurio en sangre, que procede de la ingesta de ese tipo de alimentos. Ante los resultados, surge el debate: ¿Comer o dejar de comer? ¿Menos cantidad? ¿Y los niños? 

Hay más cuestiones sobre la mesa. Los ancianos de la isla aseguran que nadie ha muerto por el mercurio. Esto me recuerda a mi abuelo materno y a esa generación de agricultores que se alimentaban con la matanza y su salud era de roble. En estos días, sin embargo, elegimos 'super-alimentos' y sufrimos más enfermedades que nunca. 

En las Islas Feroe, hoy en día, muchas de las gaviotas que capturan tienen restos de plástico en sus estómagos. ¿Qué estamos haciendo con los mares? ¿Los hemos convertido en vertederos? Creo que la respuesta es fácil. 

Surgen más preguntas: ¿Somos demasiadas bocas que alimentar? ¿Hemos desconectado con la Naturaleza? ¿Creemos que los recursos son inagotables?

En mi opinión: hemos perdido la medida. 

Antes de la proyección, fue posible degustar algunos bocados muy ricos elaborados con alimentos locales. La degustación pretendía, cómo no, también agitar nuestra conciencia. 

Yo recuerdo perfectamente cuándo en mi casa empezamos a comer kiwis, salmón, lubina y dorada. Hoy, tenemos de todo en cualquier lugar y en cualquier estación del año. Esperamos tenerlo y, además, no pagar demasiado por ello. No importa la huella que ello dejé en el medio ambiente. Ni la cantidad de plástico que genere. No importa. 

Me pregunto por el verdadero significado de local, de estacional. Y me pierdo en las respuestas... creo que hemos perdido la medida. 

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