El de ayer fue un día emocionante



Lo fue en primer lugar y sobre todo porque mi madre cumplió años. Y eso siempre es un motivo de alegría. 

Y yo últimamente estoy siendo más y más consciente de lo mayores que nos hacemos. Nosotros y ellos. Los padres, los hermanos, los niños… La vida sigue y aunque produzca un poquito de nostalgia comprobar cómo ha pasado el tiempo, lo cierto es que es un regalo.

Lo fue porque la amistad que hemos recuperado Ana y yo se ha traducido en un club de lectura. Como buenas aragonesas que somos lo hemos bautizado como ‘La charradica’. Porque en nuestra tierra cuando se charla animadamente, sin prisa y con sumo placer, se declina el verbo charrar.

Ella y yo compartimos continuamente títulos de libros. Un día, me comunicó por whatsapp que la biblioteca de Arándiga, mi pueblito bueno, reabría sus puertas. De momento, una hora, cada lunes, y gracias a Haidee. 

De forma espontánea, se me ocurrió un plan para dinamizar la biblioteca e intentar que la descubran y visiten quienes viven en el pueblo. Aunque, siendo sinceros, se encuentra en el último piso del ayuntamiento, sin ascensor y nuestras amigas y amigos lectores se mueven lentamente…

Por eso, nuestra primera sesión decidimos trasladarla a la escuela. El lugar fue mágico. A mí me emocionó mucho volver a entrar en el edificio, aunque yo no asistí a sus aulas siendo niña. Ana sí lo hizo. Y confesó que le provocaba mucha nostalgia. Recordó cómo debajo de la escalera estaba la carbonera y la maestra les daba puntos a los que subían carbón. Las madres, dijo, sin embargo, no creían que fuera buena idea porque ellas debían limpiar las manchas negras en la ropa...

Allí, en el espacio al que asisten de lunes a viernes seis niños, nos dimos cita, -después de misa, claro-, cerca de 20 personas. Me gustó mucho que tres fueran hombres.

El motivo era recibir y escuchar a Laura Serrano, autora de la novela Merecer la vida, editada por Pregunta y que no dudo en recomendar. 



Ella aceptó nuestra invitación y se acercó con su coche. Nos contó detalles de la génesis de su libro, de cómo siendo adolescente empezó a trasladar al papel historias que estaban llamadas al olvido. Se las trasmitieron sus abuelos.

Hablamos de cómo un maestro o maestra puede cambiar tu vida e influirte profundamente. De la importancia de la escuela rural. La de Arándiga está abierta gracias a seis niños, y diré que ninguno nació en nuestro país. Ahí queda. Que cada uno haga su lectura.

También nos acompañó Dani, bibliotecario del pueblo que tan solo está a cinco kilómetros, Morata de Jalón. Él es un buen ejemplo de cómo gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo. Como Ana, Haidee…

Ayer también fue un día emocionante porque corrí temprano, acompañada por Frida, bajo un hermosísimo cielo azul y reprimiendo las ganas de pararme casi a cada paso para ver de cerca cada amapola, malva, tomillo…



Y por supuesto fue un día emocionante, muy emocionante, porque votamos y yo sentí mucho alivio.

Días como el de ayer son un regalo.

Comentarios

  1. Me encanta leerte, es verdad que el domingo fue un día muy especial y completo.

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