Librerías, guardianas de felicidad
Quien haya viajado conmigo sabe que me gusta practicar un tipo de turismo particular: el de librerías (y el de supermercados). Las primeras me procuran calma, me fascinan y aunque algunas sean inmensas nunca me provocan ansiedad por grandes que sean mis ganas de llevarme todo su contenido, o casi.
Hoy es el día de las librerías y es la excusa perfecta para volver a las que más me gustan. Son muchas más, sin duda, y de muchos lugares, pero aquí algunas de la ciudad en la que resido, Madrid.
Liderada por Miren y Rafa en la calle Pelayo, en Chueca. Merecen la primera mención por majos y porque una maldita inundación les tiene cerrados a cal y canto. ¡Pero volverán!
Entonces regresaremos a este espacio ni
muy grande ni muy pequeño que goza por tanto con las dimensiones justas para no
tener ansiedad ante lo inabarcable. Las conversaciones vitales y superficiales,
que también las hay, que inspira su maravillosa librería les brinda un ojo
clínico y sexto sentido para saber qué puede cautivar. Y no fallan.
Por supuesto, están al día en cuanto a novedades, pero sin urgencia.
Cualquier libro que se busque, lo persiguen sin descanso. Nos gusta su sección
infantil, el programa de encuentros con autores, presentaciones así como su
club de lectura.
Situada en la misma calle Pelayo, es el proyecto personalísimo de Laura
Riñón. Ella lo define como algo más que una librería, como un hogar y un
refugio. Ella, como tantos y tantas colegas de profesión, sacó pecho ante la
adversidad dictada por la pandemia y consiguió situar su proyecto en ese otro
universo llamado Instagram. Laura es muy activa en redes y allí ha conquistado
a lectores y lectoras que casi siempre traspasan la pantalla y se acercan
físicamente la librería.
La selección de fondos es espléndida, la atmósfera y decoración del espacio
están altamente cuidados, y toda la actividad que generan en torno a libros y
autores es digna de reconocimiento. Porque los libros también van de eso, de
leerlos, claro, y de compartir el amor infinito hacia ellos, también.
Detrás de esta nueva librería, en la calle Barco, se encuentra otra mujer, Alina. La primera vez que la visité, enmudecí de manera sincera. En las estanterías había libros destacados, con la portada visible frente a las de los demás, y la mayoría pertenecía a mi nómina de imprescindibles. Se lo comenté a ella, a Alina, le dije: 'Podría ser mi selección personal, sin duda'.
Dicho esto,
me pareció que efectivamente este nuevo proyecto hace honor a su nombre.
Además de librería con una propuesta de títulos sugerente, atractiva,
sensata e inspiradora, es una escuela creativa. Y la mezcla no me puede gustar
más. Larga vida a esta nueva librería.
En la Travesía del Arenal número 2, en el corazón de Madrid, abrió sus puertas este bellísimo templo en torno a los libros. Podría decirse que vivió una llegada mediática y se decía y repetía que era la librería del momento. Entiendo que tenían una buena agencia de comunicación, aunque esto no les quita mérito.
Por mi parte, como es costumbre, no fui corriendo, esperé un tiempo y en una
mañana de calma, de un día que me tomé libre y por tanto, sin el trajín de los fines de semana, confirmé que merece la visita. Y la revisita.
Cambió su ubicación, pero continúa en la zona de Las Salesas. Y que una librería con tanta solera perdure es una gran noticia. Porque este establecimiento y el del Círculo de Bellas Artes están muy vinculados a la escena cultural y literaria de la ciudad.
Me sigue gustando visitarla y pedir
consejo porque aquí sí que el volumen de fondos puede abrumar.
Cuenta con dos espacios, uno en la calle Magdalena, y otra en el Rastro. A mí me gusta especialmente el primero simplemente porque es el que he frecuentado. Aquí y allá se apilan volúmenes de narrativa, ensayo, poesía... y
es ese tipo de librería con cierto desorden que invita a bucear en busca de
algún tesoro.
Junto a los libros nuevos destaca el catálogo de usado, descatalogado y
viejo. Merece la pena consultar su web por las reseñas y recomendaciones, así
como por estar al tanto de sus actividades y talleres en torno a poesía,
escritura creativa y mucho más.
Hacía algún tiempo que no transitába por la zona de la Filmoteca y hallar
su pequeña y renovada librería, abierta al público en mayo, fue una
agradabilísima sorpresa. De la gestión se ocupan los responsables de otra
librería, El Buscón, un clásico de
Prosperidad con más de 45 años de buen trabajo.
Naturalmente está especializada en volúmenes en torno al cine y dado que es
un local pequeño podríamos decir que no se anda con 'chiquitas' y tienen lo que
deben tener.
Atención, amantes de esos detalles que denotan amor a los libros, por
ejemplo, bolsas de tela, porque aquí la propuesta es irresistible. ¡Qué bueno
tener una nueva librería de barrio y en lugar tan especial!
En la zona de El Rastro, en el número 19 de la Ribera de Curtidores, lo que se
vislumbra tras las cristaleras enseguida llama la atención de quienes caminan
con los ojos bien abiertos. Es un bonito proyecto en torno a los libros nuevos
y también los de segunda mano.
Junto a ellos conviven objetos con mucho encanto y sus jóvenes responsables
le ponen mucho mimo a cada una de las actividades que engrosan su agenda
cultural. Por ello, por el buen ánimo, la actitud constructiva y la pasión,
esta librería también está entre nuestras favoritas.
En la calle Olid, número 14, abre sus puertas de par en par este nuevo espacio consagrado a la lectura, a las letras y a los libros.
Porque como dijo
Roberto Bolaño: "Nunca hay demasiados libros". Y qué gusto da pasar
por delante de su bonita fachada en color rojo y ver que aquí y allá, se toma
un café y se lee. Bienvenida también esta genial idea a Chamberí.
Gracias a todas las libreras y libreros por su dedicación y por convertir las pequeñas o grandes librerías de barrio en proyectos singulares y personales. Para mí, son guardianas de felicidad. Mi más sincero agradeciento por todo lo que me procuran.
Comentarios
Publicar un comentario