No solo chocolate
Negro, con mayor o menor pureza, pero delicioso.
Con leche, solo o con almendras.
También blanco.
Lo mío con el chocolate roza el delirio. Mi último affair me lleva, una y otra vez, a la nevera. A punto de abrir la puerta, dudo: 'No, no debería. Se terminarán y no sabré qué hacer'. (Quedan 4)
Claro que sabré. Será tan fácil como visitar el número 44 de Ortega y Gasset, es decir, la tienda de Oriol Balaguer (www.oriolbalaguer.com). Y decir: 'Necesito trufas'. Quizá pueda omitir mi ansiedad utilizando otro verbo: 'Quería, deseo...'. Diga lo que diga: lo notarán.
Mi objeto de deseo no es otro que éste:
Es una exclusiva colección de trufas heladas creadas por Balaguer con un ingrediente tan preciado como el Ron Santa Teresa Selecto, elaborado con añejos de hasta diez años.
Creo que voy a la nevera: No, sí, no, sí...
Comentarios
Publicar un comentario