Juntos, mucho mejor

Según Wikipedia, Dumfries tiene poco más de 31.000 habitantes. Me gustaría saber dónde se meten porque tengo la impresión de que son algunos menos. Es una localidad con el ritmo y la apariencia de un pequeño pueblo aunque, como digo, los datos indiquen que hablamos de una pequeña ciudad. 

En este momento de mi vida, me apetece y siento que es un privilegio habitar en un lugar de tales dimensiones. Y aunque pudiera parecer lo contrario, existen multitud de planes por realizar y conocer a nuevas personas. Por ejemplo, unirse a Incredible Edible Dumfries




Cuando visité Dumfries el pasado mes de diciembre, mientras esperábamos al tren vi un cartel que reconocía la labor del grupo de voluntarios que se encarga de mantener bonitos los jardines de la estación. Entonces, decidí que, si finalmente nos mudábamos, les buscaría. Dicho y hecho.

Hoy, domingo, ha sido mi segunda sesión de jardinería con ellos. Sí, en lugar de quedarme en casa, viendo perezosa cómo caía la lluvia, he cogido los guantes y he bajado al centro. Durante una hora y media hemos limpiado de malas hierbas y hojas los jardines próximos al Teatro Royal. 

Incredible Edible Dumfries trabaja por mantener vivos pequeños huertos y jardines; promover el cuidado y cultivo de frutas y verduras; indicar qué especies crecen en cada espacio y animar a los ciudadanos a unirse, descubrir lo que la naturaleza nos brinda y, por supuesto, recoger los frutos cuando están maduros y disfrutar de todo su sabor y riqueza. 

Resulta gratificante trabajar al aire libre, aunque llueva, así como charlar después en torno a un café. Hoy, hablando con Margaret, Rosie y Jill he descubierto que la gente de este lugar está acostumbrada a buscar y unirse a otras personas con una afición común. Ya sea la práctica de tai chi, caminar durante una hora o cantar en un coro. De hecho, la ciudad está llena de carteles invitando a multitud de actividades. 

De forma que me he sentido animada y he creado mi propio grupo: We Love Running Dumfries



En Pamplona supe que soy tremendamente perezosa a la hora de correr con lluvia, frío y oscuridad. Allí encontré a los Amigos de la Vuelta del Castillo y cada sesión que compartí con ellos fue un chute de energía. Pues bien, me he propuesto conseguirlo aquí. 

Cada lunes y miércoles, estaré a las 17.30 horas en la puerta de la iglesia del campus y si viene alguien correremos juntos durante 45 minutos. Si no, lo haré sola. 

Estoy convencida de que, tarde o temprano, alguien se unirá a mi propuesta. Deseadme suerte. 

Keep running!


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