Un libro que todo el mundo debería leer

Ayer, en apenas unas horas, leí posiblemente uno de los mejores libros que he leído en mi vida. 

No exagero. En su día, me gustó Verde Agua de Marisa Madieri. También, mucho, En Grand Central me senté y lloré de Elizabeth Smart. Y por supuesto, Solo pido un poco de belleza de Rovira Bru.

Pero el libro que ha escrito Olivia Rueda, se queda conmigo para siempre. 




Como otras veces, fue un flechazo a primera vista. Me fascinó la portada. La mirada de Olivia. Y me encantó el título: No sabes lo que me cuesta escribir esto.

Y me convenció la editorial: Blackie Books. Me atraen siempre sus volúmenes. 

Asumido la influencia de la apariencia del libro (con el vino también me pasa...), he de decir que no lo compré a la primera. Porque el día que lo tuve entre mis manos, en la librería Cerezo, en Logroño, no tenía suficiente dinero para pagar todos los libros que había cogido. Uno de mis trucos es no ir a las librerías con tarjeta...

Pero el lunes, volví a Cerezo y fui directa al estante en el que Olivia me miraba fijamente. 

Ayer, fue un día de trenes y mini siestas. Y entre medias, me sentí fascinada e hipnotizada por la historia de esta mujer que podría ser yo o que podrías ser tú. 

Ayer, yo regresaba de Logroño y quizá estaba vulnerable porque a quien visito allí, mi hermano Nacho, también protagoniza una historia de seres humanos inmensos. Como la de Olivia. Y esta entrada es sobre ella, que la de Nacho también está contada en otro librito, curiosamente azul (¡Continúa caminando!). Permitidme la cuña publicitaria... Sí, es mi libro sobre la historia de la enfermedad de mi hermano (Parkinson) y su albergue, Check In Rioja. 

Pero hoy la protagonista es ella.

Os invito a conocer a Olivia. Os invito a descubrir cuánto se esfuerzan las personas a las que la vida les jugó una pasada. Porque así es la vida, Olivia demuestra que keep walking, que hacia delante y que está dispuesta a poner lo mejor de sí misma para recuperar la movilidad de su lado derecho y la capacidad de hablar y escribir. 

Ella ha escrito este libro. Y tiene un mérito brutal porque además está bien escrito, es cercano, sencillo y bello. Intuyo que tan cercano, sencillo y bello como ella es. 

Porque quien lea No sabes lo que me cuesta escribir esto quizá cambie la forma en la que mira y se dirige a las personas con alguna diferencia. A Nacho también le miran. ¿Y sabéis algo? Que eso, la mirada de los otros duele un huevo.



Por eso, hay que leer historias como la de Olivia. Para agradecer cada día que estamos vivos. Para perfeccionar la empatía, entender y ayudar. A veces, mirando de otra forma. 

Gracias, Olivia por escribir este libro. Sé que te ha costado mucho. 

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