Sobre nuevos hábitos II
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Vuelvo al tema iniciado hace unos días porque quedaron prácticas o hábitos que he introducido en mi vida con la intención de ser más respetuosa con el medio ambiente.
Quizá en el texto anterior no indiqué algo que considero muy importante. Es tener calma y respirar. Es decir, no intentar implementar en nuestras vidas multitud de cambios porque no los vamos a interiorizar, no va a resultar práctico y nos vamos a frustrar.
Lo natural ante la avalancha de cambios es abandonarlos. Incluso puede ser un derroche de energía y de dinero. No se trata de tirar la comida ni la cosmética que tenemos para tenerlo todo, desde ya, ecológico.
Creo que cualquier cambio debe ser meditado y consciente. Preguntarse antes de pasar a la acción la razón para hacerlo, a qué se desea contribuir con ese gesto.
Ahora ser sostenible está de moda y las tendencias ya se sabe... aunque esta corriente, por mi parte, es realmente bienvenida.
Dicho esto, comparto los hábitos que yo practico en relación con la higiene personal. Llegaron paso a paso, uno detrás de otro, en ningún caso todos a la vez.
Este post no va a sonar para nada sofisticado, espero que al menos sí aporte información o brinde nuevas ideas.
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Hace 3-4 años dejé de utilizar discos desmaquillantes de algodón que se venden en bolsas de plástico. Cada día usaba unos 5-6 y decidí pasarme a los reutilizables.
Duran muchísimo y tan solo requieren un lavado, y listo. Sonará absurdo, pero dar este paso me costó meses y meses. Así, al principio no desterré de mi baño los de algodón. Convivían y, de repente, un día dejé de comprarlos.
Los bastoncillos de los oídos, que por otro lado cada vez uso menos, son ecológicos. También los salvaslips, compresas y tampones.
Los productos exfoliantes, tanto para el rostro como para el cuerpo, son biodegradables. Me parece abominable arrojar tantas partículas diminutas a los ríos y mares, diminutas pero infinitas y absolutamente nocivas. Por eso elijo naturales.
Me gustan especialmente dos. Ambos son de la tienda de mi amiga Naiara: Piel de Artemisa, que está en Logroño, pero vende online.
Con lo que no me animo es con el champú sólido. Probé una vez, pero no me convenció. De todas formas, en la furgoneta sí usamos, y lo hacemos tanto para el cuerpo como para el cabello; bueno, usábamos, porque ahora ni furgoneta ni nada.
Lo compramos en Ecomanía, cuando existía en la calle Belén y nos encantaba visitarles y charlar con ellos. Ahora, sigue online.
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