La calma de Hopper

Vuelve a mi memoria un libro. Queda la noche, por el que en 1989 Soledad Puértolas mereció el Premio Planeta. Lo leí entonces y me fascinó la historia pero también la imagen de portada. Su título: Habitación de hotel, de Edward Hopper.

Pasados los años, pude verla en la realidad. Fue en mi primera visita al Museo Thyssen (Pº del Prado, 8. www.museothyssen.org). Y cada vez que regreso, me dejo atrapar por esa calma que traspasa los pigmentos, el lienzo y que, al menos a mí, me desarma.


Hasta el 16 de enero, la exposición Made in Usa. Arte americano de la Phillips Collection recala en la Fundación Mapfre (Pº Recoletos, 23. www.exposicionesmaprfrearte.com/madeinusa/). Lo cierto es que esta sala madrileña siempre merece una visita dado el valor artístico de las muestras que ofrece. En ésta, mi mirada una y otra vez ha vuelto a Hopper. Porque, de nuevo, la calma de su obra me ha hecho sentir bien.

Él, entre otros como George Bellows, Robert Henri o John Sloan, pintaron la cotidianidad de las barriadas obreras del Lower East Side de Nueva York.

Contemplo la obra de Mark Rothko...

Y recuerdo que descubrí sus 'franjas' coloristas cuando por vez primera visité otro museo: el Guggenheim Bilbao (Abandoibarra Et., 2. Bilbao. www.guggenheim-bilbao.es).

¡Qué bueno es visitar museos por primera vez! ¿Alguna sugerencia?

Comentarios

  1. Son muchos los que me han impresionado, el último la Tate Modern de Londres (http://www.tate.org.uk/modern/) pero he de confesar que siento predilección por las colecciones que se exhiben en casas y en las que puedes imaginar cómo eran y cómo vivieron aquellos que reunieron esas colecciones de arte, como la Frick Collection de NY (http://www.frick.org/)

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