Emocionarse




Hoy me he emocionado, al menos, por tres razones.

La primera al comerme un melocotón de mi pueblo. Con piel, siempre con piel. 

La segunda al conocer la muerte de alguien demasiado joven. Incomprensible, pero así es la vida por más que nos empeñemos en creer lo contrario o mirar hacia otro lado.

Conocida esta noticia, me he sentido más vulnerable si cabe. Así que cuando he paseado a Lala, apenas unos minutos, he pasado cerca de un corral y la puerta estaba medio abierta. He visto que estaba pulcramente ordenado y lleno de flores. Mi mente ha reaccionado con un ¿para qué tienen tan perfectas las flores si nadie las ve ni disfruta?

Y a los minutos, ha salido un señor con un ramo de rosas espectacular. Y yo, como una tonta, he comenzado a llorar porque he recordado que los ramos de rosas siempre fueron así durante mi infancia: rosas y sándalo, que en realidad es hierbabuena. Y he continuado llorando.

He recordado cuando llegó mi comunión y dos hermanas, que eran mayores y vestían siempre de negro, vecinas de Chodes y clientas de mi madre, llenaron nuestra casa de ramos maravillosos. 

He llorado porque las rosas de mi pueblo o del de al lado olían y huelen de verdad. Porque sigo vulnerable, tanto que ahora mismo voy a comerme otro melocotón. Sí, en Aragón decimos 'comerme', aunque no sea necesario el me. 

Buenas noches, descansa, Marulia.

Comentarios

  1. Te acuerdas del cursos que nos dió?No se como nos aguantó.
    Yo, sigo llorando. Buenas noches Marulia, buenas noches Marias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares