Compra local, elige a las personas

Dos meses después, me siento más integrada en Dumfries que lo logrado en Pamplona en tres años. Pero ése es otro tema. 

Dos meses después, he encontrado varios alumnos de español a quienes impartir clase; una piscina pequeñita pero que no me provoca alergia; un compañero de carreras, que es mi casero; una profesora, Carol, y un grupo maravilloso de yoga; uno de jardinería en el que me siento feliz y, sí, por fin, también he encontrado mis tiendas. 

No, no me refiero a moda porque a mí no me gusta ir de compras en lo que a ropa, complementos y belleza se refiere. Adquiero nuevas prendas cuando quizá visito una ciudad y paso por un escaparate o entro a un establecimiento bonito, pero no me veréis hacerlo con alevosía y premeditación. Lo que sí me gusta es comprar alimentos y libros. Eso me encanta. 

Dumfries, pese a ser una pequeña ciudad, pero ciudad al fin y al cabo, solo tiene una frutería. Habéis leído bien: una. Abrió al público no hace mucho tiempo y la regenta una pareja encantadora. Se llama Parry Farm Produce y está en 43 Friars Vennel. El dato práctico no falta no sea que decidáis venir. 




La mayoría va a grandes supermercados como Tesco que, horror, abre 24 horas durante los siete días de la semana. ¡Horror de los horrores! Allí la selección es enorme, pero también insípida y poco sostenible. Un vistazo a las etiquetas y a las bolsas de plástico, porque todo está envuelto en plástico, te brinda un viaje por medio mundo. Casi nada procede de Reino Unido o países próximos. 

Existe, sí, un lugar de calidad excepcional llamado Loch Arthur. Se trata de una granja ecológica que vende lo que produce y que también tiene un agradable café y restaurante. Es necesario el coche y conducir unos cuantos kilómetros, y para mí asimismo es esencial evitar, en la medida de lo posible, las cuatro ruedas. 

Pero volvamos a Parry Farm Produce. El primer día que entré y dije 'Hello', solo eso, me contestaron con una pregunta: ¿Eres española? Ante mi atónita cara, el dueño contestó que se me notaba. En fin, que aquí resulto exótica. 

Venden fruta y verdura de calidad y en la medida de lo posible de productores locales, así como otros artículos (pasta, miel, arroz, especias...), la mayoría orgánicos. Además, cuentan con servicio de entrega a domicilio de caja. Recuperamos, por suerte, la costumbre de Pamplona de recibir semanalmente una selección de frutas y verduras en función de la temporada. Son 5 kilos y una docena de huevos de gallinas criadas en libertad por 14 libras. 

Me gusta especialmente esta propuesta por lo que tiene de sorpresa. No saber qué te entregarán y si conocerás cada producto o tendrás que pensar en nuevas posibilidades. Además, puedes variar el contenido y añadir aquello que necesitas. Les envías un mensaje por Facebook, ellos te responden con el importe y, cuando te entregan el pedido, les pagas en mano. Dado que en los próximos días estaremos fuera, nuestra primera caja la recibiremos el próximo dos de noviembre. ¡Qué ganas!

Facebook o whatsapp. Sí, esta semana también he realizado una compra por whatsapp. Ha sido a mi querida Katixa, de Deborahlibros. Mientras viajaba en el autobús rumbo a mi entrevista en la oficina de empleo, en Glasgow, pensé que ella podía solucionarme un pequeño problema. Pequeño, pero importante.

En mi pueblo no ha existido nunca una tienda con libros. Así que cuando éramos niños, cada vez que mi madre viajaba a Zaragoza, quizá porque tenía que asistir a un curso, volvía con varios del Barco de Vapor y una caja de seis Donuts. Cuando crecí y me marché a Zaragoza, a la Universidad, era yo quien compraba los libros que las dos leíamos. 

Desde entonces, desde los 17 años, he mantenido la costumbre de nutrir la biblioteca familiar. Al trasladarnos a Escocia, creía que esta bonita tradición se vería suspendida, pero no, me acordé de Katixa y le propuse un plan. 

Hace poco más de un año, Katixa, valiente ella, abrió al público una de las librerías más especiales de Pamplona. Le puso el mismo nombre que su blog, Deborahlibros, y lo hizo con su particular estilo. Esto es, nada de libros comerciales, solo 'pata negra', como ella afirma. El gran valor de su aventura empresarial es el empeño que pone en la selección de títulos y sus recomendaciones. Porque ella no lee, ella devora. 




En su blog, mensualmente, cuelga un vídeo recomendando una lectura. Y yo os sugiero a vosotros echarle un vistazo. Descubriréis autores excepcionales y a una lectora empedernida con buen olfato y mejor criterio. 

De forma que viajando a Glasgow, y gracias al wifi del autobús, yo revisé los últimos vídeos y seleccioné algunos títulos. Vía whatsapp debatimos si éste sí o éste no, y llegamos a la conclusión de que a mi madre le encantarán los tres libros que muy pronto le llegarán de mano de Josemi.  

Katixa incluso tuvo la genial idea de imprimir una nota escrita con mi puño y letra, e incluirla en el paquete. En esta ocasión y dado que Josemi está en Pamplona, será él quien los recoja y entregue a mi madre. Pero hemos acordado que el próximo envío lo realizará ella por Correos. Entonces tampoco faltará la nota. 

Sé que cuando mi madre reciba el primer paquete, se quedará sin palabras. Y como ella no lee este blog, será una grandísima sorpresa. 






La compra a distancia no es lo mismo que visitar a Katixa y dejar que me invite a uno de sus deliciosos cafés (aunque luego no duerma). No es lo mismo aparecer en cualquier momento, y posiblemente roja como un tomate tras una de mis carreras, y decirle un 'Solo paso a saludarte', para luego quedarme dos horas con ellas hablando de libros y de la vida, ¡Ay, la vida!. No es lo mismo, pero me hace feliz seguir confiando en mi librera favorita. 

Ella, que leyó mi libro ¡Continúa caminando! pese a no haber hecho jamás el Camino, y me dedicó un precioso post. No solo eso sino que además, me abrió las puertas de su casa para que lo presentara al público. Lo eligió entro otros muchos y lo llevó a su primera Feria del Libro. 

Ella me recomendó uno de los libros que más me ha emocionado en la historia de mi biografía lectora: Solo pido un poco de belleza, de Bru Rovira. 

A mí nunca me han gustado las grandes cadenas y en cuestión de libros, mucho menos. Durante este año escocés, me he propuesto leer solo en inglés y encuentro buenas referencias de segunda mano (¡Y tiradas de precio!) en 'charity shops' como Oxfam. 




También visito las bibliotecas públicas, aunque en cuestión de novelas, necesito un poquito más de tiempo y prefiero comprarlas. Si buscas libros nuevos, aquí, en Dumfries, como ocurre con las verduras y frutas, estás condicionado a la única librería que existe y que pertenece al gigante Waterstones

Dicho esto, compra local en la medida de lo posible y apoya el pequeño comercio. Ayuda a esas personas que han arriesgado y que brindan un valor añadido a tu transacción comercial. Que tu gesto no sea un simple intercambio de mercancías. Que sea una oportunidad para dialogar y aprender. Que sea tu contribución para que la cadena se mantenga. Y que tu compra, además, sea en la medida de lo posible sostenible. 

Compra local, elige a las personas. 

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