Lo mejor del frío
Es resguardarse al
calor de una chimenea. Hacerse una bola bajo una manta, compartirla con alguien
especial y retomar ese libro que hace tiempo que no leemos. Sin olvidar, la
copa de vino. Si es tinto, mejor.
Nosotros no tenemos una. Y mi madre decidió que la de su salón no se enciende ni por Navidad, que se mancha todo de ceniza y luego hay que limpiarlo.
Pero huele tan bien...
El Hotelito (www.el-hotelito.es) con su atmósfera
confortable en todos los sentidos, algo que depende, esencialmente, de las
personas; y es que sus propietarios, Cándido y Christina, saben ejercer como grandes
anfitriones.
(© Foto El Hotelito)
La chimenea de la sala de
estar y la biblioteca resulta el lugar idóneo para fijar la mirada en el
ventanal y contagiarse de la magia de cada puesta de sol. No dejo de recordar aquella noche de domingo que pasamos en su cálido oasis. Y el bizcocho de plátano del desayuno.
La luz es tan especial...
Sobre la playa de
la Concha puede que llueva. Quizá lo haga con tanta insistencia que su empeño se
convierta en la excusa perfecta para no salir del Hotel Villa Soro (www.villasoro.com).
Y desde lo alto de esta villa, construida a finales del siglo XIX, observar San Sebastián. Sin nada más por hacer.
(© Foto Villa Soro)
También cerca del
mar, La Malcontenta (www.andilanahotels.com), que ocupa una
antigua masía fortificada en el Paraje de Torre Mirona, lo tiene todo para no
querer salir.
(© Foto La Malcontenta)
Es uno de los hoteles que más me ha gustado. Su piscina exterior, los masajes de Ayurveda, el desayuno y esos cruasanes, la oferta gastronómica, su situación, y esa mañana de trabajo que compartí con Pelayo Pintado y que concluyó con un bloody mary y unas almendras...
Y claro, la chimenea.
(© Foto El Lodge)
Es El Lodge (www.ellodge.com), está en Sierra Nevada, reabrió sus puertas el pasado invierno y ya es, por derecho propio, una dirección imprescindible.
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