Steak tartar, una obsesión

Al sushi, a los donuts y al queso, se suma otra obsesión culinaria: el steak tartar.

No es reciente, llevo disfrutándola largo tiempo. Puedo tomarlo en el almuerzo y la cena, día tras día. No me canso. Es lo primero que busco en la carta del restaurante, y si lo encuentro: no hay lugar a dudas. Steak tartar alegre, picantito.

Tres son los últimos hallazgos que sumo a mi larga lista.

El de El 38 de Larumbe (www.pedrolarumbe.com). Con todo lo que debe tener. Delicioso. Infalible.









El de Al Trapo (www.altraporestaurante.com), el nuevo restaurante de Paco Morales en Madrid, es diferente de principio a fin. Con helado de mostaza, cebolla roja en vinagre y una propuesta estética poco habitual. Muy rico.




El de MEATing (www.restaurantemeating.com), junto con el clásico (e infalible) ahora se añade el llamado 'allez-retour', sencillamente marcado a la plancha. Poquito. 






Ambos son elaborados con cadera de vaca, limpia de grasa y nervio. Para morirse. 

Yo y mis obsesiones...


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