Kenzo y su mujer feliz

Ser feliz. Cada día y en todo momento. Ambicioso, a veces complicado y siempre necesario.

Desearlo es preciso. Y para conseguirlo siempre están esas pequeñas cosas que reconfortan. El café humeante, el libro que él te regaló, la risa de Claudia.

También esos gestos cotidianos que suben el ánimo. Rouge en los labios, las botas que te hacen caminar con la cabeza levantada y perfume en la muñeca.

Me gusta la declaración de intenciones de Kenzo y su nueva fragancia: Madly Kenzo.



Porque su perfumista, Aurélien Guichard, deseó una fragancia para una mujer que sueña, una mujer viva, una mujer feliz.







Que siente mariposas en el estómago. Y se permite un punto de locura.






(© Fotos Kenzo)

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