El bar en casa

Tener una casa chiquitita implica que no demasiadas personas la conozcan. Cuando tienes tres sillas, no les invitas.

Que tu madre tenga una gran casa, en un pueblecito de Soria, con un agradable jardín desde el que se atisban los atardeceres más emocionantes, es otra historia. Cuando tienes muchas sillas y un banco de madera en el que, siendo niña, grabaste a fuego tu nombre, invitas a tus amigos, tus/sus conocidos y a quien haga falta.

El verano pasado, como aperitivo, día sí y día también -hasta que se terminó la botella-, preparé para la familia Aperol Spritz; y hace unas semanas la cervecita helada acompañó a los caracoles de monte. Ahora, sueño con adquirir:




Es decir, el set de coctelería básico que Javier de las Muelas (www.javierdelasmuelas.com/thedryshop/es/) ha creado para diversión de los aficionados a las buenas copas, que son mayoría.




 Cuando caiga la tarde, tras el baño de sol y la tarde perezosa, será el momento de preparar caipirinhas.



(© Fotos Javier de las Muelas)

O la copa por antonomasia: un gin tonic. 

Bueno, más de uno porque este verano espero que el jardín de la parte de atrás sea el más concurrido.

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